La calidad del corcho como tapón, se determina finalmente, en gran medida, ra es dura y pesada, pero la corteza es esponjosa y muy ligera, con profundas y arrugadas grietas longitudinales.
Qué beneficios aporta el aprovechamiento del corcho?
Usos del corcho
Uno de los usos más habituales y lucrativos del corcho es para la fabricación de tapones naturales para el embotellado de los vinos de calidad.
Los tapones de corcho para vino se pueden agrupar en varias categorías:
Naturales: son fabricados por perforación a partir de una
única pieza de corcho. Pueden ser cilíndricos o cónicos, de gama alta idóneos para vinos de alta calidad y complejidad que se someten a largos procesos de envejecimiento y de gama media-alta para vinos de Crianza y Reserva.
Naturales multipieza: fabricados a partir de dos o más mitades de corcho natural que sepegan entre sí con cola. Se suelen usar en botellas de gran formato
Aglomerados: que se fabrican a partir del granulado del corcho natural sobrante de la fabricación de tapones naturales. Son económicos y aseguran un cierre perfecto durante no más de 12 meses.
La longitud del tapón también es importante ya que si el espacio entre el vino y el tapón (también llamado espacio de cabeza) es demasiado grande puede comprimirse y provocar que el vino salga de la botella y el tapón se desplace fuera de la misma. Del mismo modo, el tapón no debe ser demasiado corto ya que un espacio de cabeza excesivo puede contribuir, en ciertas condiciones, al desarrollo de características sensoriales no deseadas.
El corcho también se utiliza en la construcción naval como aislante térmico y antivibraciones, para realizar pavimentos antideslizantes, cinturones y armillas de salvamento, boyas, etc. La industria del vidrio y la cerámica también utiliza granulado y polvo de corcho, discos para pulir y ladrillos refractarios. La industria del automóvil lo utiliza en el diseño interior por su comodidad. En la oficina con planchas donde colgar todo tipo de anuncios y avisos. En el hogar como revestimiento para las superficies, como aislante térmico, para la fabricación de posavasos, manteles, fuentes, bandejas o alfombras para baño.
En el mundo de la moda, se utiliza para la creación de moldes para hacer patrones de sombreros en el diseño de la alta costura, en el del calzado se utiliza para la confección de plantillas o suelas de zapato.
Para pesar el corcho se usa una mesa que se equilibra para que esté perfectamente horizontal y que va conectada mediante unos sensores a una báscula.
Todos los propietarios de las fincas colaboran en el pesado del corcho, vigilando que todo sea correcto.
El camión se va llenando de una manera especial, todo el proceso es muy delicado ya que el camión se llena muchísimo y tiene que circular por carreteras secundarias por lo que la carga debe estar perfectamente ordenada para que no se mueva.
Dadas sus extraordinarias características, no es extraño que el corcho tenga múltiples aplicaciones. Algunos de sus usos son ya muy antiguos. En muchos casos, materiales sintéticos lo han substituido parcialmente. Pero, en realidad, en la mayoría de sus utilizaciones no tienen rival.
El proceso de elaboración de tapones de corcho comienza con el acondicionamiento de éste en forma de planchas y luego éstas se almacenan y secan para reducir su humedad. Después son vaporizadas o escaldadas con agua hirviendo desclorada para mejorar su elasticidad y cerrar los poros. De este proceso resultan planchas con un 30% más de volumen, las cuales vuelven de nuevo a reposar para secarse. Luego, vuelven a ser vaporizadas y finalmente son cortadas transversalmente a la medida de la altura que se desea para los tapones. La longitud de éstos dependerá del vino para el que vayan a ser usados. En los de rápido consumo, oscila entre 38 y 44 mm mientras que en los vinos de guarda el rango oscila entre 49 y 54 mm. Con las planchas ya preparadas, finalmente se cortan los cilindros mediante gubias o cilindros afilados. Antes de ser insertados en la botella, los tapones son lavados con agua o tratados con sustancias, como peróxido de hidrógeno, ácido oxálico u ozono, dentro de las diversas alternativas disponibles para aplicar protocolos sanitarios y de calidad.
La vida media de un corcho depende de su calidad y por lo general oscila entre 20 y 30 años. Transcurrido este periodo se debe proceder a cambiar el tapón mediante una complicada operación de “reencorchado” que debe ser efectuada por especialistas, ya que de lo contrario éste podría deshacerse en el propio vino.
El futuro es servido.